(Por Luis Mata García. Publicado en diario "Correo del Caroní" el 21 de febrero de 1995)
El 12 de febrero de 1809 nace en Shrewsbury, Inglaterra, Charles Darwin; a la edad de 22 años, el 27 de diciembre de 1831, se embarca en el Beagle e inicia el periplo científico de cinco años y dos dias por las regiones de bahía (Brasil), Tierra del Fuego, Cabo de Hornos y las islas Galápagos que redundaría años más tarde en la formulación de su teoría de
Coincidencialmente, ese misma año fallece en Berlín a la edad de 89 años, el sabio naturalista alemán Alejandro de Humboldt, quien a la edad de 29, acompañado del médico y Botánico francés Aimée Bonpland (con 27 años de edad), recorrieron y exploraron en los albores del siglo XIX las entonces colonias americanas del Reino Español, siendo considerados los “descubridores científicos del Nuevo Mundo”. Ambos jóvenes realizaron numerosas colecciones de plantas, animales y minerales, describiendo una considerable cantidad de especies nuevas para la ciencia incluyendo las aves conocidas como “guácharos” (Steatornis caripensis), que le confieren su nombre a la cueva homónima de Caripe (Monagas, Venezuela), y sentando las bases de varias ciencias como la ecología, fitogeografía, mineralogía, geología, etc.
En 1804 Humboldt conoce en París a un físico y químico francés de 27 años de edad: Louis Joseph Gay-Lussac, que había realizado una audaz ascensión solitaria en globo a altura superior a los
En 1805, Humboldt se encuentra en Roma con un “muchacho” venezolano de 21 años, revolucionario, pequeño, de pelo negro y ojos tristes, que andaba deambulando por Europa de luto por la súbita y prematura muerte en Caracas de su igualmente joven esposa. El carajito caraqueño, impulsivo y soñador, le pregunta al alemán si en su opinión “las colonias españolas serían capaces de gobernarse a si mismas”, a lo que Humboldt contestó que éstas “ya habían alcanzado la madurez, pero no conocía a nadie que pudiera conducirlas a la libertad”. En su mocedad, el revolucionario idealista había recibido lecciones de Geografía y Gramática de de un joven dos años mayor que él llamado Andrés Bello y de otro conciudadano suyo con tendencias anarquistas de nombre Simón Rodríguez, quienes influirían decididamente en el futuro Libertador de casi un Continente. El genio visionario de América tuvo como lugarteniente a un destacado joven cumanés quien, comandando las tropas libertadoras, obtiene una imponente victoria militar en Ayacucho a los 29 años de edad, sellando definitivamente la libertad de
El retraimiento, la soledad y la incomprensión de sus semejantes constituyen las más siginificativa impornta en las vidas de estos jóvenes del siglo XIX, figuras universales que no permitieron que amilanaran sus voluntades frente a las adversidades y prejuicios de sus contemporáneos, permaneciendo consecuentes con sus sueños, metas e ilusiones, hasta ser coronadas sus obras, hoy por hoy reconocidas, respetadas y admiradas.